OBRAS DE MASSIMO CAMPIGLI

Massimo Campigli, de nombre real Max Hilenfeld, fue un pintor italiano entre los más importantes y representativos del siglo XX italiano. Nació en Berlín en 1895 de una madre soltera de apenas dieciocho años que, poco después de su nacimiento, decidió trasladarse a Florencia con la familia.
El joven Campigli crece creyendo que su madre es la abuela mientras que en realidad es la tía Paolina. A la edad de quince años descubre por pura casualidad la verdad, quedando fuertemente conmocionado. Desde ese momento, de hecho, verá la figura femenina con ojos diferentes.
Durante sus estudios clásicos, Massimo Campigli muestra un fuerte interés tanto por la literatura como por el arte. En 1914, a la edad de diecinueve años, comienza a trabajar en el Corriere della Sera y al mismo tiempo frecuenta el ambiente futurista milanés entrando en contacto con Umberto Boccioni y Carlo Carrà.
Cuando estalla la Primera Guerra Mundial, habiendo solicitado convertirse en ciudadano italiano, Massimo Campigli es reclutado y enviado al frente. En 1916 es hecho prisionero y pasa un tiempo en una instalación de seguridad en Viena, de donde logrará escapar en 1917.
Después de regresar a Italia, vuelve a trabajar para el Corriere della Sera desempeñando el papel de corresponsal en París. En la ville lumière explota su pasión por la pintura, lo que lo llevará durante muchos años a desempeñarse como pintor de día y periodista de noche. Desde el principio se notan sus excelentes dotes de artista. De hecho, algunos de sus cuadros son vendidos a Leon Rosenberg, quien en esos años era considerado uno de los más importantes marchantes de arte. Ya en 1921, Campigli expone sus primeras obras en el Salon d'Automne.
A finales de los años veinte, Massimo Campigli renuncia a su cargo de periodista en el Corriere della Sera para dedicarse completamente a la pintura, creando el grupo que tomará el nombre de "I sette di Parigi", también conocido como "Italiens de Paris". Además de Campigli, el grupo estaba formado por De Chirico, Tozzi, Severini, De Pisis, Paresce y Savino. El grupo estará activo hasta 1932.
Siempre a finales de los años veinte, el pintor viaja a Roma y visita, en esa ocasión, el Museo de Villa Giulia, quedando particularmente impresionado por el arte de los etruscos. Este evento lo fascinó tanto que lo llevó a modificar su forma de pintar, acercando su técnica a la del fresco, con un uso limitado de los colores y una mayor geometrización de las figuras y los objetos.
Un elemento siempre en el centro de las obras de Massimo Campigli es la figura femenina que está rodeada de diferentes sujetos como niños, bañistas y fábricas. Estas criaturas estaban estilizadas, mitad ídolos y mitad juguetes, encerradas dentro de sus geometrías, atrapadas en vitrinas hechas de pintura.
Su cambio artístico lo lleva a rechazar sus antiguas obras pictóricas, decidiendo repintar los viejos lienzos. La década siguiente, los años treinta, lo ve como protagonista de varias exposiciones personales en toda Europa y en las principales ciudades del resto del mundo.
En estos años, conoce y se casa con la escultora Giuditta Scalini y es el período en el que pinta varios retratos para conocidos coleccionistas americanos. La creciente atención de Massimo Campigli por el fresco lo lleva a aceptar el encargo de pintar al fresco una pared del Palacio de Justicia de Milán con motivo de la Exposición Universal.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Massimo Campigli se traslada a Venecia junto con su familia, para evitar los bombardeos. Es aquí donde nace su primer hijo Nicola. Terminada la guerra, el artista regresa a Milán y comienza a dedicarse a la litografía ilustrando Le Poesie de Paul Verlain.
En estos años expone en todo el mundo. Algunas de las exposiciones más destacadas, entre los años cuarenta y cincuenta, son las de Venecia, Ámsterdam, Roma, París, Londres, Mánchester, Boston y Nueva York.
Su última exposición individual se organiza en Palazzo Reale a Milano. Pocos años después, en mayo de 1971, Massimo Campigli fallece en Saint-Tropez.