Mario Tozzi, nacido el 30 de octubre de 1895 en Fossombrone, una fracción de Isola di Fano, en la provincia de Pesaro-Urbino, fue un célebre pintor italiano. Hijo primogénito en una familia de cinco hermanos, su padre Giacinto Tommaso, médico, traslada a la familia a Suna, en la orilla piamontesa del Lago Maggiore. Después de haber comenzado los estudios de química en el Instituto Cobianchi de Intra, Mario abandona este camino para seguir su vocación artística, inscribiéndose en 1913 en la Academia de Bellas Artes de Bolonia. Allí conoce a artistas del calibre de Morandi y Licini y se gradúa en 1915.
Durante la Primera Guerra Mundial, Mario Tozzi sirve como voluntario y pierde a dos hermanos en el conflicto. Después de ser dado de baja en 1919, se casa con Marie Therèse Lemaire, una joven francesa, y se establece en París. En esta ciudad, comienza su carrera artística, exponiendo en el Salon des Artistes Indépendantes, en el Salon d'Automne y en el Salon des Tuileries, donde es favorablemente notado por la crítica. El año 1926 es significativo para el artista, ya que se reúne con Licini y conoce a otros pintores italianos de vanguardia, como Campigli, de Chirico y De Pisis. Además, funda el Groupe des Sept (Grupo de los Siete) junto a estos artistas, recibiendo posteriormente la Legión de Honor del gobierno francés.
El vínculo de Tozzi con su tierra natal es profundo. En Suna, pasa gran parte de su infancia y adolescencia, período durante el cual recibe su primera caja de colores de Miss Prescott, una amiga de la familia, y aprende a pintar del pintor Alfonso Muzii. El paisaje circundante se convierte en una fuente inagotable de inspiración para sus obras. Entre 1923 y 1924, realiza ocho tondos para la iglesia de Santa Lucia, y en 1951 diseña un monumento a los caídos de las dos guerras mundiales, construido en el paseo del lago frente a la iglesia.
Regresado a Roma en 1936, Mario Tozzi se dedica al fresco, realizando obras importantes como la del Palacio de Justicia de Milán en 1938. También participa en varias ediciones de la Bienal de Venecia. Los años cuarenta y cincuenta representan para él un período de escaso trabajo y graves problemas de salud, que sin embargo no le impiden exponer periódicamente.
En 1958, Mario Tozzi vuelve a exponer en la Galleria Annunciata di Milano y, en 1960, se establece en la casa familiar en Suna. Aquí produce pinturas caracterizadas por "fondos blancos" y litografías a color que representan cabezas femeninas.
Las obras de Tozzi reflejan una interpretación moderna de los sujetos clásicos, utilizando formas geométricas sólidas como la esfera, el cilindro y el cono. Sus composiciones muestran influencias del Cubismo, de la Metafísica y del Abstractismo. En su pintura prefiere el uso del claroscuro y una pasta densa de pigmentos y aglutinante.
En 1971, regresa a Francia para estar cerca de su hija y sus nietos, y allí muere en 1979. Después de su muerte, el legado artístico de Mario Tozzi sigue siendo reconocido y celebrado. En 1988, la Giorgio Mondadori Editore publica el Catálogo razonado general de las pinturas de Mario Tozzi, editado por Marilena Pasquali en colaboración con su hija Francesca Tozzi y el Studio Tozzi de Foiano della Chiana. En 2012 se constituye la Asociación Artístico Cultural Mario Tozzi y en 2021, el Ministerio de Cultura italiano declara el Archivo del Maestro Mario Tozzi de interés histórico particularmente importante. Mario Tozzi deja una huella indeleble en el panorama artístico del siglo XX, logrando fusionar tradición e innovación en un equilibrio único y distintivo.
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