Arrestado en 1933 por el régimen fascista, Luigi Bartolini es confinado primero en Montefusco y luego en Merano hasta 1938. A pesar de sus disensos con el fascismo, es descrito como un "anarquista celestial", interesado principalmente en el arte más que en la política.
Luigi Bartolini es también un prolífico escritor, poeta y crítico de arte, con más de 70 libros publicados. Entre sus obras más conocidas, la novela "Ladrones de bicicletas", publicada en 1946, que inspira la película homónima de Vittorio De Sica. Colabora con importantes revistas y periódicos italianos, y en 1960 es nombrado Académico de San Luca.
Durante los años 50 y 60, continúa recibiendo premios y reconocimientos por su arte. En 1965, dos años después de su muerte, se le dedica una retrospectiva en el marco de la IX Quadriennale de Roma. Su desaparición en 1963 deja un vacío en el mundo del arte, pero su legado sigue influyendo en las generaciones futuras.
En conclusión, Luigi Bartolini es un artista de gran versatilidad y profundidad, cuya obra abarca diversos campos artísticos. Su vida, marcada por eventos históricos turbulentos y por un compromiso cultural incansable, refleja la complejidad y la riqueza de su arte, convirtiéndolo en una figura destacada en la historia del arte italiano del siglo XX.