SALVATORE EMBLEMA
Salvatore Emblema, artista partenopeo de gran originalidad y profundidad poética, nace en 1929 en Terzigno, a los pies del Vesubio, en la provincia de Nápoles. Desde la infancia, el paisaje vesubiano y los colores de su tierra influyen profundamente en su sensibilidad artística. Tras asistir al Liceo Artístico y a la Academia de Bellas Artes de Nápoles, se traslada a Roma, donde en 1956 realiza su primera exposición individual en la Galería San Marco, un evento significativo también organizado por los escritores Carlo Levi y Ugo Moretti.
En los primeros años de su carrera, Salvatore Emblema se destaca por una investigación pictórica ligada a la naturaleza: utiliza materiales orgánicos como hojas y polvos volcánicos para obtener colores únicos y atmósferas sugestivas. Esta atención a la materia y a la naturaleza se traduce en sus primeras obras a través de la técnica de la “fullografía”, en la que las hojas secas se convierten en pigmentos valiosos, exaltando el vínculo entre arte y ambiente.
El 1954 marca un momento crucial: gracias a Ugo Moretti, Salvatore Emblema es presentado a Monseñor Francia, figura central de los Museos Vaticanos, quien lo introduce al Papa Pío XII. Este último le encarga un retrato que, tras su publicación en la “Settimana Incom”, es adquirido por los Museos Vaticanos. Ese mismo año, Salvatore Emblema expone en la Galería “La Vetrina” de Chiurazzi, donde su obra “Capuzzella” conquista el interés del magnate Rockfeller, que lo invita a Nueva York.
La estancia americana resulta decisiva para su maduración artística. En Estados Unidos entra en contacto con los protagonistas del Expresionismo Abstracto como Mark Rothko y Jackson Pollock, de quienes asimila la potencia expresiva del color y la fuerza del gesto pictórico. En Nueva York conoce también al crítico Giulio Carlo Argan, con quien establece una relación de mutuo respeto y debate intelectual. Precisamente Argan le plantea una cuestión fundamental: cómo valorizar el espacio detrás del lienzo sin destruirlo, como había hecho Lucio Fontana.
Esta reflexión se convierte para Salvatore Emblema en un nudo central de su investigación artística. De regreso a Italia en 1958, en condiciones económicas modestas, utiliza materiales pobres como la tela de saco y construye él mismo los bastidores. Es en este período cuando desarrolla su técnica más célebre e innovadora: la “detessitura”. Esta consiste en deshilachar manualmente los hilos de la trama de la tela, creando espacios vacíos geométricamente calibrados que permiten que la luz atraviese la obra y dialogue con el espacio trasero. Salvatore Emblema supera así la bidimensionalidad tradicional del cuadro y lleva al espectador a considerar el espacio detrás del lienzo como parte integrante de la obra misma.
En 1969 Argan propone a Salvatore Emblema la cátedra de pintura en la Academia de Bellas Artes de Roma, pero el artista rechaza, coherente con su naturaleza reservada e independiente. Entre 1972 y 1994 participa en numerosas exposiciones de relevancia en Italia y en el extranjero, consolidando su fama. En 1982 es invitado a la Bienal de Venecia y ese mismo año sus obras son adquiridas por el Metropolitan Museum de Nueva York y el Museum Boymans Van Beuningen de Rotterdam.
El amor por su tierra lo impulsa a fundar en Terzigno el Museo Emblema, un lugar dedicado a la divulgación del arte contemporáneo y a la conservación de su extraordinario patrimonio artístico. Salvatore Emblema muere en 2006, dejando un legado artístico de gran valor, reconocido también por instituciones como los Uffizi de Florencia, donde algunas de sus obras aún se conservan.
SALVATORE EMBLEMA ESTAMPAS
Las estampas de Salvatore Emblema representan un capítulo importante de la historia del arte contemporáneo italiano e internacional. Desde las primeras pruebas figurativas, caracterizadas por retratos y sujetos naturales, hasta el giro radical abstracto influenciado por el Expresionismo Abstracto americano, sus obras testimonian un camino de investigación incesante.
Un rasgo distintivo de las estampas de Salvatore Emblema es el uso de materiales naturales y locales: hojas secas, polvos volcánicos y piedras del Vesubio, a través de los cuales logra devolver no solo imágenes, sino atmósferas y sugestiones ligadas a su tierra de origen. Este vínculo con la naturaleza se refleja también en la “fullografía”, una técnica experimental en la que las hojas se convierten en pigmento, conferiendo a las superficies efectos táctiles y cromáticos totalmente originales.
Pero la verdadera innovación se concreta en la técnica de la detessitura. Las estampas de Salvatore Emblema detessidas son una invitación a observar no solo la superficie pictórica, sino también lo que se oculta detrás, entre el lienzo y la pared. Con esta técnica el artista libera el espacio trasero, haciéndolo visible y partícipe de la obra misma, en un juego refinado de luces y sombras que involucra al espectador en una experiencia visual y perceptiva completa.
La madurez artística de Emblema encuentra plena expresión en los grandes lienzos expuestos en museos prestigiosos: desde los Museos Vaticanos al Metropolitan Museum, desde los Uffizi de Florencia al Museo Boymans Van Beuningen de Rotterdam. Las estampas de Salvatore Emblema continúan hoy en día siendo estudiadas y admiradas por su capacidad de conjugar la materia con la luz, la tradición con la experimentación.
COTIZACIONES DE SALVATORE EMBLEMA
El mercado del arte ha mostrado creciente interés por las cotizaciones de Salvatore Emblema, sobre todo por sus obras icónicas realizadas con la técnica de la detessitura. Las cotizaciones de Salvatore Emblema varían sensiblemente según el tamaño, el período y la técnica utilizada. Las pinturas históricas, en particular las realizadas entre los años 60 y 80, pueden superar fácilmente los 10.000 euros en subastas internacionales, especialmente si se trata de grandes formatos o trabajos pertenecientes a los ciclos más célebres.
En los últimos años, también la producción gráfica de Emblema, como las litografías y obras sobre papel, ha visto una fuerte revalorización. Las cotizaciones de estas obras dependen de la calidad de la impresión, la tirada y el estado de conservación. En general, hoy es posible comprar una litografía original de Salvatore Emblema a precios que oscilan entre 200 y 1.000 euros, mientras que las obras sobre papel de calidad museística pueden alcanzar cifras aún más altas.
El mercado de las estampas de Salvatore Emblema es sólido y está en continuo crecimiento, sostenido por el interés de coleccionistas, galerías e instituciones culturales. Poseer una de sus obras significa no solo adquirir una pieza importante de la historia del arte contemporáneo italiano, sino también hacer una inversión que mantiene su valor en el tiempo. Ya sea un cuadro, una obra gráfica o una detessitura, cada estampa de Salvatore Emblema es una expresión de poesía visual capaz de unir materia, luz y espacio con refinada originalidad.