Massimo Campigli
Massimo Campigli, seudónimo de Max Hilenfeld, nació en Berlín en 1895 de una joven madre de orígenes alto burgueses. Poco después del nacimiento, la madre se trasladó a Florencia con el niño, que creció creyendo que ella era en realidad una tía. Solo a los quince años descubrió la verdad, evento que dejó una marca profunda en su percepción del mundo femenino, temática recurrente en su arte.
Creció entre Florencia y Milán, mostrando desde joven una fuerte inclinación hacia la literatura y el arte.
En 1914 fue contratado por el Corriere della Sera y, paralelamente, frecuentó los ambientes futuristas milaneses, entrando en contacto con artistas como Umberto Boccioni y Carlo Carrà. Durante la Primera Guerra Mundial se alistó en el ejército italiano y fue hecho prisionero en 1916. Escapó al año siguiente, regresando a Italia solo en 1918.
Desde 1919 fue corresponsal en París para el Corriere della Sera. Allí explotó su pasión por la pintura: de día trabajaba en el estudio, de noche escribía para el periódico. Sus primeros cuadros impresionaron al marchante de arte Léonce Rosenberg, que le compró varias obras. En 1921 expuso por primera vez en el Salon d'Automne.
En 1927 dejó definitivamente el periodismo para dedicarse a la pintura. En el mismo período fundó el grupo “Los siete de París” con De Chirico, Tozzi, Severini, De Pisis, Paresce y Savinio. Campigli se distinguía por un estilo pictórico influenciado por la escultura etrusca, que descubrió durante una visita al Museo de Villa Giulia en Roma. Esto lo llevó a adoptar una técnica similar al fresco, con colores tenues, figuras estilizadas y composiciones geométricas.
En 1933 adhirió al “Manifiesto de la pintura mural”, firmado también por Sironi, Carrà y Funi. Posteriormente, fue encargado de realizar grandes frescos públicos, como No matarás en el Palacio de Justicia de Milán, y una decoración monumental para el Palacio Liviano de Padua, que cubría más de 300 m².
En los años 30 se casó con la escultora Giuditta Scalini, con quien tuvo un hijo, Nicola. Durante la guerra se trasladó a Venecia para escapar de los bombardeos. En la posguerra volvió a Milán y se dedicó a la litografía, ilustrando entre otras las Poesías de Paul Verlaine.
Desde la segunda posguerra en adelante, Campigli alcanzó fama internacional. Participó en numerosas exposiciones en ciudades como Ámsterdam, Londres, Nueva York, París, Boston y Roma. Fue invitado varias veces a la Bienal de Venecia (1950, 1952, 1954, 1958 y con una sala personal en 1962) y a la Tate Gallery de Londres. En 1955 realizó una exposición personal en el Stedelijk Museum de Ámsterdam.
En los años 60 recibió numerosos reconocimientos, entre ellos el título de Comendador al Mérito de la República Italiana y la elección como Académico de San Luca. En 1971, pocos meses después de su última retrospectiva en el Palacio Real de Milán, murió en Saint-Tropez.
Massimo Campigli obras
Las obras de Campigli son reconocibles por su estilo arcaico, inspirado en el arte etrusco, con figuras femeninas frontales, estáticas, a menudo insertadas en contextos simbólicos. Sus pinturas, caracterizadas por una refinada simplificación de las formas y una paleta cromática terrosa y sobria, evocan un sentido de atemporalidad y sacralidad. Temas frecuentes son las trabajadoras, las madres, y escenas cotidianas transfiguradas en iconos modernos. Entre sus obras maestras figuran Las costureras (1925), conservada en el Ermitage de San Petersburgo, y el ciclo de frescos del Palacio de Justicia de Milán. Sus obras están hoy expuestas en los museos más prestigiosos del mundo, desde el MoMA de Nueva York hasta la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma.