BRUNO CARUSO
Bruno Caruso fue un pintor, dibujante, grabador y escritor italiano. Nació en Palermo en 1927. A solo cinco años comenzó a dibujar y para sus ejercicios utilizaba ilustraciones de arte encontradas en los libros de historia que su padre guardaba en la biblioteca familiar. Después de los estudios de secundaria comenzó a emprender varios viajes y tuvo la oportunidad de visitar y admirar las obras de arte de muchos museos importantes como los de Viena y Múnich, lugares que le hicieron conocer las obras de George Grosz y Otto Dix, a quienes también conocería en persona.
A finales de los años cuarenta se trasladó a Praga con ocasión del Festival de la Juventud. Es en este período cuando Bruno Caruso inicia su actividad de ilustración de las obras de Franz Kafka, perfeccionando el estudio y la práctica del aguafuerte. También en este período realiza una serie de dibujos cuyo tema principal es la ocupación nazi del Gueto de Praga y el cementerio judío que se encuentra también en la capital de la República Checa.
En los años posteriores al segundo conflicto mundial, Bruno Caruso obtiene la licenciatura en Derecho y profundiza sus conocimientos en el campo humanístico. Esta pasión lo lleva a forjar una fuerte amistad con grandes autores del panorama literario italiano como Elio Vittorini y Salvatore Quasimodo. Además, inicia una maravillosa colección de libros de arte y de obras ilustradas con aguafuertes originales o xilografías, además de coleccionar también muchísimas otras obras de diversos géneros como manuscritos islámicos.
A principios de los años cincuenta la Región de Sicilia le encarga el proyecto de impresión de la revista "Sicilia" y al mismo tiempo se ocupa de otras publicaciones. Durante su actividad laboral establece nuevas amistades con grandes poetas como Ungaretti y Sinisgalli y muchos pintores y fotógrafos de la época como Fabrizio Clerici y Herbert List. Entre sus actividades de los años cincuenta también mencionamos la colaboración con el coreógrafo Aurelio Millos para la puesta en escena de varios ballets.
En cuanto a su actividad pictórica, en estos años Bruno Caruso realiza una amplia serie de dibujos que representan una fuerte denuncia sobre el Manicomio de su ciudad, Palermo. En este contexto, lidera una batalla para solicitar la revisión de la psiquiatría y es acompañado por Franco Basaglia. Este evento evidencia cómo el artista siempre estuvo activo en la lucha contra todo tipo de opresión y violencia, y estos sentimientos los expresa también a través de sus obras. Además, constante ha sido siempre su compromiso de denuncia contra los actos de corrupción y la mafia en Sicilia.
Su estilo parte de una línea de contorno muy seca que se considera una especie de herencia de los modelos que pertenecían a las secesiones europeas y al modernismo. El formalismo de tales obras, de hecho, ya le pertenecía desde niño también gracias a la presencia de muebles de Ducrot en su casa natal. A estos aspectos, Bruno Caruso añade escenografías totalmente personales que podríamos casi definir oníricas y surrealistas, pero que siempre buscan una correspondencia en la realidad y en la crítica social. Su dibujo de trazos muy finos está realizado con extrema maestría y esta característica también pertenece a sus grabados y pinturas.
Los años setenta y ochenta, en cambio, están dedicados a una mayor reflexión sobre la producción artística del pasado, y Bruno Caruso lo hace mediante la publicación de los volúmenes Le giornate della pittura, con un texto de Leonardo Sciascia, y Mitología del arte moderno. En ambos volúmenes la historia del arte se fusiona con una interpretación detallada y crítica de las formas antiguas y más recientes. Es el caso, sobre todo, de los dibujos humorísticos y caricaturescos. La producción del artista puede definirse, por tanto, como un catálogo heterogéneo, con raíces en el pasado y una mirada siempre atenta al presente. Sus obras contienen diversos caracteres: despiadado, carnal, espectral, palpitante, delicado.
Bruno Caruso fue también un ilustrador muy apreciado de obras de la literatura italiana y europea, tanto del siglo XIX como del XX. Entre los trabajos más destacados recordamos los que se refieren a las obras de Kafka, Maquiavelo y de su querido amigo Ungaretti. Su carrera fue reconocida también a través de importantes títulos como la laurea honoris causa por parte de la Universidad de Palermo en Letras y Filosofía y la Medalla de oro de Benemérito de la Cultura por el Presidente de la República Italiana.
En 2003, además, recibió de la Región de Sicilia el Premio Arquímedes que se concede a las personalidades sicilianas que más se han distinguido en el mundo.
Bruno Caruso falleció en Roma el 4 de noviembre de 2018