Biografía de Michele Cascella.

Michele Cascella fue un pintor y paisajista crepuscular. Nació en la provincia de Chieti en Ortona al mar en 1892. Es originario de una familia numerosa y conocida en el sector artístico entre el siglo XIX y el XX. Dado sus escasos resultados escolares, su padre, un artista dedicado a la pintura, la cerámica y la litografía, lo inicia en el arte y lo acoge en su taller cromolitográfico junto a su hermano Tommaso.
Michele Cascella se incorpora al taller y comienza a familiarizarse con las herramientas del oficio realizando copias de los dibujos de Botticelli y Leonardo. Animado y apoyado por su padre, a solo quince años tiene la oportunidad de exponer sus trabajos en Milán, en Turín y en la galería Druet de París.
Al principio se inspira en la corriente simbolista que unía la experiencia sensorial con la espiritual generando una pintura refinada y cargada de referencias simbólicas mitológicas y religiosas, permitiendo explorar la conciencia humana en la zona limítrofe entre sueño y realidad. Privilegia la fuerza evocativa del color siguiendo la lógica del arte tal como le había sido enseñada.
Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial es llamado, pero lleva consigo sus colores para plasmar los recuerdos de la vida militar. Al final de la guerra se establece en Milán, donde se dedica a las técnicas del grabado y de la cerámica, cultivando solo posteriormente las de la acuarela.
En Roma, en 1919, realiza una exposición individual en la Galleria Bragaglia y en esa ocasión conoce a Carlo Carrà quien, atraído por su suavidad y dulzura, se convierte en un defensor del primitivismo naturalista de Michele Cascella. Precisamente esta tendencia al primitivismo abrirá una brecha en la historia del arte del siglo XX, para algunos tradicionalista, para otros cargado de una modernidad sutil detrás del aparente tradicionalismo. Su obra artística oscilaba entre lo viejo y lo nuevo, las flores, los árboles, las montañas y los cielos parecían llenarse de ligereza cargados de sensualidad y espiritualidad. En sus obras se capturaba y se captura el instante que no se repite con exuberante fragilidad. La sensualidad evanescente de los colores lo ha emparentado con Gabriele d'Annunzio para quien su padre realizó el retrato de la madre y a quien Michele Cascella dedica una exposición que recorre Italia de Milán a Nápoles. Durante los años treinta el pintor hace mucho uso de la acuarela, recreando serenas vistas de pueblos y ciudades, exponiendo en Bruselas, París, Londres y recibiendo numerosos elogios.
De 1928 a 1942 expone en todas las ediciones de la Biennale d'arte di Venezia. En 1933 colabora con el Corriere della sera, proponiendo dibujos al trazo que representaban paisajes urbanos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, sus exposiciones en el extranjero se hacen más frecuentes: París, pero también Sudamérica, especialmente Buenos Aires y Montevideo, y Estados Unidos, donde se establecerá por largos períodos de tiempo, alternando períodos de permanencia en Italia y en Europa.
Michele Cascella muere en Milán en 1989.