Biografía de Gerard Ernest Schneider

Gérard Ernest Schneider, nacido en Sainte-Croix, Suiza, en 1896, es un nombre que resuena con profundidad en el mundo del arte abstracto. Trasladado a París durante la Primera Guerra Mundial, Gérard Schneider se sumerge en el vibrante ambiente artístico de la ciudad, asistiendo primero a la École des Arts Décoratifs y luego a la École des Beaux-Arts bajo la guía de Fernand Cormon. Desde sus primeros pasos en el arte, se distingue por un enfoque innovador y una visión única, que lo llevan a convertirse en uno de los pioneros de la Abstracción lírica.
En 1920, Gérard Schneider organiza su primera exposición individual en la Galería Léopold Robert en Neuchâtel, marcando el inicio de una carrera brillante. Su traslado definitivo a Francia en 1922 consolida su vínculo con el movimiento de las vanguardias parisinas, participando en exposiciones influyentes como el Salon d'Automne y los Surindépendants. Estas primeras experiencias expositivas son cruciales para la formación de su estilo artístico.
En los años 40, Gérard Schneider comienza a ganar reconocimiento internacional, participando en la Bienal de Venecia en 1948 y obteniendo la ciudadanía francesa en el mismo año. Su arte atraviesa diversas fases, pasando del surrealismo a la abstracción lírica, un género que define su legado. En 1946, es parte integral de la primera exposición de posguerra de arte abstracto en la Galerie Denise René en París, donde presenta obras caracterizadas por colores vivos, pinceladas expresivas, líneas negras y formas angulares.
Su contribución a la Abstracción lírica, un movimiento que transforma el lenguaje abstracto en la segunda mitad del siglo XX, es inestimable. Gérard Schneider explora esta forma de arte junto a contemporáneos como Hans Hartung y Pierre Soulages. Esta tendencia artística, que se contrapone a la abstracción geométrica, se caracteriza por una expresión gestual y personal. En 1950, sus obras se exponen en la Galerie Louis Carré en París, marcando un momento significativo en su carrera.
Un giro significativo llega en 1955, cuando Gérard Schneider firma un contrato de exclusividad con la Kootz Gallery de Nueva York, dirigida por el comerciante de arte Samuel Kootz, una figura clave en la promoción del Expresionismo abstracto en los Estados Unidos. Esta colaboración no solo consolida su éxito en los Estados Unidos, sino que también contribuye a difundir su influencia artística a nivel internacional.
Las obras de Gérard Schneider son adquiridas por prestigiosas colecciones institucionales en todo el mundo, entre las que se incluyen los Museos de Arte Moderno de Bruselas, París, Nueva York, Milán, Roma, Río de Janeiro, la Phillips Collection de Washington, el Walker Art Center de Minneapolis y la Kunsthaus de Zúrich. Su arte es descrito como una orquesta visual, expresando pasión, furia y romanticismo. Gérard Schneider sostiene que la pintura debe ser vista como se escucha la música, un paralelo que refleja la naturaleza emotiva y dinámica de su trabajo.
Durante los "años luz" de su carrera, como los describe Michel Ragon, Schneider desarrolla un equilibrio en las formas que se reflejan entre sí, con una explosión de color que caracteriza sus lienzos. Este período marca una maduración en su estilo, caracterizado por un gesto nervioso y una composición volcánica, rica en tensión. Su arte no es solo una exploración estética, sino también un viaje emocional y espiritual.
Eugène Ionesco, un contemporáneo de Schneider, admira la "riqueza original, eruptiva" de su obra, un tributo que refleja el impacto y la influencia duradera de Schneider en el mundo del arte. Hasta su muerte en 1986 en París, Gérard Schneider sigue siendo un ícono en el campo del arte abstracto, dejando un legado que continúa influyendo a artistas y aficionados en todo el mundo.