Sandro Chia pittore

SANDRO CHIA


Sandro Chia, nacido en Florencia el 20 de abril de 1946 con el nombre de Alessandro Coticchia, es uno de los pintores y escultores italianos contemporáneos más conocidos, así como una figura destacada del movimiento de la Transvanguardia italiana. Desde joven cultiva con determinación la pasión por el arte, inscribiéndose primero en el Instituto de Arte y luego en la Academia de Bellas Artes de Florencia, donde se gradúa en 1969.
Su formación artística ocurre en un contexto cultural y político fuertemente ideologizado, en pleno auge de los años sesenta.

Inicialmente atraído por el arte conceptual y los lenguajes de las neoavantguardias europeas, Chia pronto se da cuenta de que la pintura académica no responde a su necesidad de expresar libertad y vitalidad creativa. Durante sus años de estudio, realiza numerosos viajes por Europa, India y Turquía, experiencias que enriquecen su bagaje cultural y visual. En 1970 se establece en Roma, donde comienza a exponer regularmente, acercándose gradualmente al lenguaje figurativo.
El paso al figurativismo es para Chia una elección consciente y revolucionaria. El artista abandona los rigores del arte conceptual para abrazar una expresión pictórica más libre e intensa, fuertemente influenciada por la tradición renacentista y por los grandes maestros del arte moderno y contemporáneo como Tiziano, Masaccio, Tintoretto, de Chirico, Chagall, Cézanne y Picabia. Su pintura está cargada de tensión, energía y dinamismo. Sus lienzos se pueblan de figuras heroicas, míticas o irónicas, tratadas con colores vivos, trazos gruesos y composiciones cargadas de pathos.
En los años ochenta Sandro Chia se convierte en uno de los protagonistas de la Transvanguardia, movimiento teorizado por el crítico Achille Bonito Oliva. Este retorno a la pintura y a la expresividad tras las experimentaciones conceptuales involucra a otros artistas italianos como Francesco Clemente, Mimmo Paladino, Nicola De Maria y Enzo Cucchi. Chia expone con ellos en la sección "Aperto 80" de la Bienal de Venecia, marcando oficialmente el nacimiento del movimiento. Ese mismo año realiza una exposición individual en Nueva York y se traslada a la metrópoli estadounidense, donde permanecerá durante veinte años, aunque manteniendo un fuerte vínculo con Italia, en particular con la bodega Castello Romitorio en Montalcino, Toscana.
Durante su estancia en Estados Unidos, su arte recibe gran atención internacional. Participa en exposiciones en importantes instituciones como la Bienal de París, la Bienal de São Paulo y continúa presente en las ediciones sucesivas de la Bienal de Venecia. Sus obras se distinguen por una pintura culta y refinada, en la que la narración siempre va acompañada de una profunda tensión estética. Lienzos como "Brutos protagonistas de la fantasía erótica de un mono" (1979-80), "Sinfonía incompleta" (1980) o "Figuras con bandera y flauta" (1983) testimonian su estilo pictórico inconfundible, hecho de monumentalidad, ironía y sueño.
Su producción no se limita a la pintura: Sandro Chia también se aventura en la escultura, donde traslada las mismas sugestiones de la pintura a formas tridimensionales cargadas de expresividad. El deseo de enfrentarse con la materia se refleja también en sus numerosas obras monumentales encargadas por entidades públicas: en 2005 la Provincia de Roma coloca dos de sus esculturas frente a la sede de Via IV Novembre, mientras que en 2014 la ciudad de Livorno le encarga una gran escultura en bronce.
En 2003 el Estado italiano adquiere tres de sus obras para la colección permanente del Senado de la República en el Palacio Madama. Siguen importantes retrospectivas: en 2011 en el Foro Boario de Módena y en el Museo Internacional de Cerámica de Faenza; en 2012 la exposición "Transvanguardia" en el Palacio Real de Milán. En los años más recientes, Sandro Chia continúa trabajando dividiéndose entre Roma, Miami y su bodega, dedicándose con la misma pasión a la pintura, la escultura y la producción de vinos de autor.

SANDRO CHIA OBRAS

Las litografías de Sandro Chia son célebres por la energía del trazo y la fuerza expresiva de las figuras. A menudo se trata de variaciones sobre los temas clásicos de su pintura: héroes melancólicos, personajes mitológicos, hombres en pose dinámica, instrumentos musicales, estandartes, animales simbólicos. El color, aunque reducido respecto a los lienzos, mantiene una presencia vibrante y determina el ritmo de la composición.
Las aguafuertes, más raras pero igualmente significativas, permiten al artista explorar el signo grabado, trabajar sobre las transparencias, los claroscuros y la estructura del dibujo. Sus figuras, incluso cuando se reducen a la línea esencial, conservan una fuerza icónica inmediata. El trazo, nervioso pero controlado, confiere profundidad y dinamismo, transmitiendo la idea de un mundo interior que aflora en la superficie.
Sandro Chia también ha utilizado la serigrafía como técnica para reproducir algunos de sus trabajos más icónicos, haciéndolos accesibles a un público más amplio. En estas obras emerge su interés por la narración visual y por el mito personal, expresado con un lenguaje visual reconocible, culto pero también juguetón y sensual.

SANDRO CHIA COTIZACIONES

Las cotizaciones de Sandro Chia reflejan la importancia del artista en el panorama del arte contemporáneo italiano e internacional. Sus obras están regularmente presentes en los catálogos de las principales casas de subastas internacionales como Sotheby’s, Christie’s y Phillips, y son tratadas por galerías de primer nivel.
Las obras sobre lienzo de gran tamaño, en particular las realizadas entre los años setenta y ochenta, pueden alcanzar cifras entre los 40.000 y 150.000 euros, con picos aún más altos para los trabajos de mayor impacto histórico y visual. Las esculturas, sobre todo las de bronce o en materiales mixtos, se sitúan en una franja que va de los 20.000 a 100.000 euros según el tamaño y el sujeto.
En cuanto a la producción gráfica, las litografías y aguafuertes de Sandro Chia presentan cotizaciones más accesibles: se pueden encontrar obras entre 1.500 y 6.000 euros, con picos también superiores para las ediciones limitadas o firmadas a mano. Las serigrafías, según la rareza y el estado de conservación, se sitúan generalmente entre los 1.000 y 3.000 euros.
Las cotizaciones de Sandro Chia varían según diversos factores: el período de realización, las dimensiones, la técnica, la procedencia y la importancia histórica de la obra. En general, su arte es ya considerado un pilar del segundo siglo XX italiano, y el interés por sus obras es constante tanto por parte de coleccionistas privados como de instituciones públicas, confirmando a Sandro Chia como una de las voces más autorizadas del arte contemporáneo.

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