Michele Cascella pittore

MICHELE CASCELLA


Michele Cascella, nacido en Ortona el 7 de septiembre de 1892, es uno de los pintores italianos más queridos y reconocibles del siglo XX. Creció en una familia de artistas – su padre Basilio era pintor, ceramista y litógrafo – y fue iniciado muy joven en el arte. Desde pequeño mostró un talento precoz para el dibujo y el color, que fue cultivado directamente en el taller cromolitográfico de su padre, donde aprendió a manejar tintas, herramientas y matrices. Comparte estas primeras experiencias con su hermano Tommaso, también artista.

A los quince años Michele Cascella ya expone en Milán, Turín e incluso en París, en la Galería Druet. En esos años absorbe influencias simbolistas y naturalistas, pero siempre fiel a un lenguaje íntimo, delicado y personal. Crece entre colores y estampas, entre papel y cerámica, desarrollando una sensibilidad que será el rasgo distintivo de toda su producción.
Su vida es un viaje artístico a través de las estaciones del siglo XX: participa en la Primera Guerra Mundial como dibujante de escena y plasma en papel y lienzo la humanidad de los soldados, los horizontes vacíos del frente, los paisajes devastados. En la posguerra se establece en Milán y comienza una intensa actividad expositiva: Roma, París, Bruselas, Londres. Conoce a Carlo Carrà, quien lo anima a desarrollar esa vena de “primitivismo lírico” que lo hace inconfundible. El pintor Cascella está, desde el principio, asociado a un arte silencioso pero comunicativo, alejado de las modas y vanguardias, pero muy emocional.
Desde 1928 participa regularmente en la Bienal de Venecia. Expone en Italia y en el extranjero, y en los años 50 y 60 suele residir en Estados Unidos, donde sus obras – sobre todo paisajes, marinas, vistas de Portofino y composiciones florales – tienen gran éxito. Sus cuadros son acogidos en importantes colecciones, entre ellas el Victoria and Albert Museum de Londres, el Musée d’Art Moderne de Bruselas y la De Saisset Gallery en California. Michele Cascella muere en Milán en 1989, a los 97 años, dejando un legado inmenso: una pintura reconocible, universal, hecha de luz, color y sentimiento.

Michele Cascella estampas

Para comprender a fondo el valor de las obras de Michele Cascella es fundamental considerar su importante contribución en el campo de la gráfica. Desde sus inicios, Cascella demuestra una particular aptitud hacia las técnicas de impresión, gracias también a la herencia paterna. Las litografías de Michele Cascella representan uno de los capítulos más importantes de su producción, no solo por la calidad ejecutiva, sino por la capacidad de transmitir, también en papel, la misma emoción luminosa que encontramos en sus pinturas al óleo.
Los sujetos de sus litografías reflejan los pictóricos: campos de amapolas, vistas italianas, marinas de Portofino, flores de colores suaves o intensos, casas blancas inmersas en el verde. Cada elemento se carga de un significado poético. El pintor Cascella no se limita a la representación realista: su visión es idealizada, inmersa en una luz clara y envolvente. El color se convierte en emoción, y el trazo mantiene siempre esa dulzura que lo hace reconocible en cada técnica.
No menos importante es la producción de serigrafías, que se desarrolla sobre todo a partir de los años sesenta, cuando Michele Cascella se convierte en un artista conocido y solicitado también en Estados Unidos. En California y en otros estados americanos, sus obras gráficas tienen gran difusión, gracias también a la posibilidad de realizar tiradas limitadas numeradas, firmadas por el artista.
La relación de Cascella con la gráfica es mucho más profunda de lo que se pueda pensar: no se limita a trasladar sus lienzos en reproducciones, sino que aborda cada grabado, cada estampa, con atención compositiva y gusto cromático. Cada litografía, cada serigrafía, es una obra completa, con un equilibrio interno propio. Sus flores parecen latir sobre el papel, los cielos se difuminan con ligereza, las vistas respiran. Y es precisamente esta vitalidad cromática, unida a la maestría gráfica, lo que hace de sus obras en papel un segmento importante de su producción.

Michele Cascella cotizaciones

La producción de Michele Cascella ha atravesado todo el siglo XX manteniendo siempre un fuerte vínculo con el público. Este vínculo se refleja hoy también en el mercado del arte. Las cotizaciones de Michele Cascella son estables, y a menudo en crecimiento, gracias a un renovado interés por la pintura figurativa de calidad. Las obras sobre lienzo, sobre todo las realizadas entre los años 20 y 50, son muy solicitadas, en particular por los motivos florales y los paisajes italianos.
También la producción gráfica, como las litografías y las serigrafías, encuentra un mercado vivo. Los precios de Michele Cascella para una litografía firmada y numerada pueden variar desde unos pocos cientos hasta más de mil euros, según la edición, la calidad de la impresión y el motivo representado. Las serigrafías, realizadas en tiradas más reducidas y a menudo con colores vivos, gozan de una excelente consideración entre los coleccionistas.
Los cuadros de Cascella mantienen una excelente posición en el mercado gracias a su reconocibilidad y al fuerte impacto decorativo. Quien compra una obra de Cascella sabe que lleva a casa un fragmento de poesía visual, un homenaje a la belleza de la naturaleza, de la luz, del instante captado con emoción y ligereza.

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