Pippo Oriani biografía

Giuseppe Oriani, conocido como Pippo Oriani, nació en Turín el 25 de junio de 1909. Crecido en una familia de empresarios de la construcción, mostró desde joven un fuerte interés por el dibujo y el arte. Tras iniciar los estudios de arquitectura en la Escuela Superior de Arquitectura, Oriani se acercó a la investigación pictórica. En 1928, se unió al grupo futurista turinés dirigido por Enrico Prampolini, marcando el inicio de su carrera artística.
Oriani debuta oficialmente en el mundo del arte exponiendo dos cuadros fuera de catálogo en el Parque del Valentino de Turín, por invitación de Prampolini. Este evento representa su ingreso en el movimiento futurista, y desde entonces participa en todas las principales exposiciones futuristas en Italia y en el extranjero. Entre 1929 y 1933, Oriani vive en París, donde entra en contacto con los principales artistas de las vanguardias europeas, como Zadkine, Lèger, Kandinskij, Delaunay, Picasso, Deslaw, Le Corbusier, Sephor y Severini. Durante este período, expone en la Galerie 23 y en Bernheim Jaune, y firma un contrato con el marchante de arte Paul Rosenberg.
En la capital francesa, Oriani colabora con los escritores Tullio Cordero y Giacomo Martina, y juntos realizan la película "Vitesse" (1930-31), una obra que celebra el mito futurista de la velocidad. Esta película, único ejemplo de cine futurista existente, fue parcialmente recuperada en 1996 por el Centro Experimental de Cinematografía.
En los años 30, Oriani continúa participando en las Bienales de Venecia, exponiendo en 1930, 1932, 1934, 1936, 1938 y 1940, y también participa en la I y II edición de la Cuadrienal de Roma. En 1931, se acerca a la Aeropintura, un movimiento paralelo al arte futurista que exalta el dinamismo del vuelo. Sin embargo, tras un breve paréntesis aeropictórico, Oriani vuelve a inspirarse en los cánones expresionistas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Oriani, convencido antifascista, participa clandestinamente en la lucha partisana en Biella hasta la Liberación. Tras la guerra, rechaza un cargo ministerial en Roma para volver a la vida privada. En los años 50, se dedica intensamente a la arquitectura, el diseño y el mobiliario, pero también retoma la pintura, revisitando el período parisino y desarrollando un nuevo ciclo de obras titulado "Presencias humanas". Estos trabajos se caracterizan por un estilo arcaico y primitivista, que refleja una búsqueda de arquetipos primordiales.
Las obras de Oriani de los años 50 y 60 se exponen en numerosas exposiciones personales, entre ellas la de la Galería Medusa de Roma en 1964, una antológica en la Galería Rizzato-Whitwort de Milán en 1966 y una exposición de los trabajos del período parisino en la Galería Donatello de Palermo en 1971. En estos años, Oriani se expresa a través de diversas técnicas, entre ellas óleo sobre lienzo, encaústica, grafitis sobre cartón enyesado, cartones entelados, collage y pasteles.
Además de su carrera artística, Oriani fue también periodista y jefe de redacción de revistas como Città Nuova, Natura y Città Futurista, y colaboró con diarios como Il Secolo XIX y L'Ambrosiano. Su compromiso en el campo de la edición y la divulgación artística es tan significativo como su producción pictórica.
Giuseppe Oriani muere en Roma el 1 de diciembre de 1972. Su legado artístico ha sido mantenido vivo gracias a los esfuerzos de sus herederos, que en 1966 fundaron en Bélgica la Fondation Oriani, trasladada luego a Canadá en 2009. La fundación se dedica a la divulgación de las obras de Oriani y al cuidado de un archivo y un catálogo general del Maestro. Un catálogo de las obras de Pippo Oriani fue publicado en 2009 bajo la dirección de Giovanni Lista y Mariastella Margozzi, contribuyendo a preservar y difundir el conocimiento de su contribución al arte del siglo XX.
Pippo Oriani fue una figura destacada en el panorama artístico italiano del siglo XX. Su carrera, marcada por una continua experimentación y una profunda integración con las vanguardias europeas, refleja una personalidad curiosa e innovadora. Oriani supo conjugar el rigor arquitectónico con el ingenio pictórico, creando obras que abarcan desde el futurismo al expresionismo, de la aeropintura al primitivismo, dejando una huella indeleble en la historia del arte italiano.