biografia de norman bluhm
- NORMAN BLUHM PINTOR
norman bluhm era un artista americano entre los máximos exponentes deexpresionismo abstracto y depintura de acción.
Nacido en Chicago en 1921, estudió arquitectura en laInstituto de Tecnología Armor (ahora Instituto de Tecnología de Illinois) a continuación Mies van der Rohe antes de alistarse enCuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos en 1941. La mayoría de los académicos están de acuerdo en que su experiencia como piloto de B-26 en tiempos de guerra, volando en misiones sobre el norte de África y Europa, tuvo un efecto profundo en su carrera posterior como artista, influyéndola con sentido del espacio y la velocidad.
Después del final de la guerra, Norman Bluhm regresó brevemente a Chicago y en 1947 decidió dedicarse al arte. Estudiar por poco tiempoAcademia de Bellas Artes de Florencia, para luego instalarse en París de 1947 a 1956. En la ville lumière el artista asistió tanto a laAcademia Gran Chaumiere que elEscuela de Bellas Artes y sabe Alberto Giacometti y otros pintores contemporáneos. En 1956 se mudó a la ciudad de Nueva York y pronto comenzó a exponer en galerías de renombre como Leo Castelli y Martha Jackson en Manhattan Es Galería Stadler en París. Desde finales de la década de 1950 hasta su muerte en 1999, el pintor estadounidense expuso regularmente en exposiciones grupales e individuales en todo Estados Unidos y en el extranjero.
Norman Bluhm fue capaz de reconstituir la abstracción gestual en formas ágiles, eróticas y saturadas de color, que evocan una amplia gama de asociaciones, desde desnudos carnosos hasta Pedro Pablo Rubens a las soleadas nubes de Juan el Bautista. Por eso nunca ha recibido el debido reconocimiento, también porque el artista, a diferencia de muchos de su generación, nunca ha abandonado la pintura ni rechazado el pasado. Por el contrario, creía que todo el pasado estaba a su disposición y, de hecho, era un visitante frecuente del Museo Metropolitano que visitó durante sus numerosos viajes desde East Wallingford en Vermont, donde vive desde 1987, hasta Nueva York.
Norman Bluhm también se distingue de sus contemporáneos, como Kenneth Noland, Helen Frankenthaler y Joan Mitchell, por el uso de colores saturados y las capas de formas que comprime hábilmente en sus pinturas. Independientemente de la profundidad del espacio ilusionista del artista, siempre llama la atención sobre la superficie del cuadro, a veces con medios contundentes y sugerentes como gotas y salpicaduras que recuerdan al polen, la leche o el esperma, estallando en formas redondeadas.
Las formas curvas de Bluhm, a menudo marcadas por líneas sinuosas que se pliegan sobre sí mismas, sintetizan las formas dinámicas y lánguidas, carnosas y fluidas que se mueven sobre la superficie del cuadro. Al delinear sus formas con otro color, creó un efecto similar a un halo pulsante.
Norman Bluhm era muy consciente de la relación entre las pinturas y su entorno arquitectónico. Tanto en formatos como en composiciones, alude a espacios sagrados, altares y techos, y al deseo de elevar al cielo nuestras formas mortales. Era un sensualista en busca de lo espiritual, y sus cuadros prolongan el prelapso del gozo que se encuentra en el "felicidad de vivir" De henri matisse.
Su obra anticipa las pinturas de cascadas de Pat Steir, las pinturas florales de cy dosmbly, el uso de negro y rosa, púrpura y magenta por judy ledgerwood, las densas concatenaciones de Felipe Taaffe y su abrazo de lo oculto.
Hay un sistema jerárquico en juego en cada una de sus pinturas, pero marcado no por un sistema de poder claramente definido, sino por la ambigüedad y la belleza. Es una jerarquía que no asciende por aspiraciones móviles ascendentes; en cambio, su movimiento es simultáneamente interno y externo, una totalidad de movimiento imaginal. Su arquitectura liberadora abre el ojo de la mente a los poderes potenciales de la simpatía y la compasión, estados en los que podemos experimentar más claramente el impulso altruista que nos conecta con el mundo y el mundo con nosotros mismos, un mundo preñado de vidas y energías.
Norman Bluhm falleció el 3 de febrero de 1999. Trabajó de manera continua y constante hasta su muerte. Su obra nos invita a la plenitud del ser como nuestro derecho de nacimiento. Es una obra que insiste en que el mundo es hermoso y terrible y desesperado que nos llama a vivir.