Biografía de Enrico Baj
Enrico Baj

Enrico Baj fue un pintor, escultor, ensayista, escritor italiano y uno de los artistas más importantes de la posguerra. Nació en Milán en 1924. Estudió en el Liceo Ginnasio Giovanni Berchet, luego se inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Estudios de Milán para abandonarla a favor de la Facultad de Derecho y de la Academia de bellas artes de Brera, que cursó paralelamente.
A lo largo de su vida siempre mantuvo relaciones con poetas y literatos italianos y extranjeros entre los que destacan André Breton, Marcel Duchamp, Raymond Queneau, Edoardo Sanguineti, Umberto Eco y adhirió a diversos movimientos artísticos entre los que se encuentran el Surrealismo, el Nuevo Realismo y la Patafísica hasta fundar en 1951 con Sergio Dangelo y Gianni Dova el Movimiento Nuclear. El principio fundamental del Movimiento Nuclear consistía en considerar que todas las formas se desintegran, porque las nuevas formas del hombre son las del universo atómico. La humanidad entera, según Baj, se ha convertido en esclava de la tecnología y para poder encontrar la nueva realidad es necesario descender al átomo.
En 1953, junto con Asger Jorn, fundó el Movimiento internacional para una Bauhaus imaginista, en polémica con la Escuela de Ulm de Max Bill; en 1954 los dos artistas dieron vida a los Encuentros internacionales de la cerámica en Albissola Marina en las Cerámicas Mazzotti, a los que asistieron Lucio Fontana, Emilio Scanavino, Karel Appel, Guillaume Corneille, Roberto Matta, Aligi Sassu, Édouard Jaguer.
En los años cincuenta, Enrico Baj colaboró con las revistas de vanguardia Il Gesto, Boa y Phases. A lo largo de los años, la pasión por la escritura aumentó, llevándolo a la publicación de numerosos libros, entre los que se encuentran Patafísica, Automitobiografía, Aprendamos la pintura, Fantasía y realidad con Guttuso, Ecología del arte.
En 1957, Enrico Baj firmó el manifiesto Contra el estilo y realizó su primera exposición individual en el extranjero, en la Gallery One de Londres. En 1959 adhirió al Manifeste de Naples.
En 1962 participó en Nueva York en la exposición The Art of Assemblage, ocasión en la que conoció a Duchamp.
Entre 1963 y 1966 pasó mucho tiempo en París, donde ingresó en el Collège de Pataphysique. En 1964 obtuvo una sala personal en la Bienal de Venecia y ese mismo año expuso en la Trienal de Milán.
Enrico Baj elabora y compone sus obras con materiales extremadamente particulares e inusuales, como la madera, las telas, el plástico o incluso con tubos hidráulicos. La elección de utilizar estos materiales se justifica porque el propio artista considera que representan el nuevo mundo en el que vivimos. De hecho, Enrico Baj suele representar sus trabajos como el espejo de una realidad deformada, totalmente diferente de la que se suele ver, ya que la humanidad ha perdido su forma, convirtiéndose en esclava de la apariencia y de la tecnología. En sus obras, el artista utiliza técnicas diversas, experimentando con el dripping, el collage, el taraceado o incluso el chapado.
Entre sus obras más famosas y que han marcado la historia del arte contemporáneo recordamos la serie de los Generales que representan de manera grotesca a generales en uniforme de servicio. El interés de Enrico Baj por este tema nace precisamente del hecho de que el artista vivió plenamente el período de la Segunda Guerra Mundial, observando la destrucción del sentido de humanidad en su forma más completa.
El funeral del anarquista Pinelli es una obra de talla enorme, de 3 metros de altura y 12 de longitud. Dentro de la composición, hay 18 figuras talladas por el artista, entre ellas Pinelli, que es elogiado por los personajes del lado derecho y prácticamente linchado por los personajes siempre en uniforme militar y con rasgos monstruosos a su izquierda. Este trabajo representa el interés que Enrico Baj siempre ha tenido en el ámbito de la justicia pública, opinión que a menudo lo ha hecho posicionarse ideológicamente del lado de los revolucionarios, que quieren cambiar el mundo a favor de un sentido de humanidad más fuerte que el actual.
La serie de esculturas de las Corbatas de plástico representa uno de los símbolos del estatus social moderno, las corbatas precisamente, realizadas en un material que ahora invade todo el mundo moderno. Es una colección de trabajos con una fuerte connotación de crítica social.
También Maniquíes, junto con el Epater le robot, representan un mensaje de crítica social muy fuerte, en el que Enrico Baj discute sobre la sociedad ya totalmente perdida en el proceso de progreso infinito, del que es cada vez más esclava y menos dueña.
En las Máscaras tribales encontramos en cambio la advertencia de Enrico Baj hacia la sociedad occidental de finales del siglo XX, que ha perdido cualquier sentido de evolución psico-cultural, para volver, hablando humanamente, al estadio primitivo. Todo es obviamente un oxímoron frente al progresismo desenfrenado, criticado por el artista en prácticamente todas sus obras.
Enrico Baj muere en Vergiate, en la provincia de Varese, en 2003.