Biografía de Antonio Calderara.


Antonio Calderara pittore

Antonio Calderara fue un pintor y artista italiano. Nació en Abbiategrasso el 28 de octubre de 1903 y su vida transcurre entre Milán y el Lago d'Orta, lugar de veraneo y residencia de origen familiar. En particular, este último se convertirá con el tiempo en un lugar de elección para la investigación artística, con la decisión madurada con el tiempo de vivir en Vacciago, una fracción de Ameno, en la orilla oriental. Emprende estudios de ingeniería en el Politécnico de Milán para luego abandonarlos poco después, continuando cultivando su vocación artística como autodidacta. En 1932 Antonio Calderara conoce a Carmela, quien se convertirá en su futura esposa y con quien tendrá una hija, Gabriella. Se casará con ella en 1934 para complacer a su madre, que no aceptaba que su hijo viviera una relación libre, sin el vínculo matrimonial.
No es sencillo encasillar a Antonio Calderara en una línea artística bien definida porque entró en contacto con muchísimas personalidades artísticas, italianas y extranjeras, que lo influenciaron fuertemente a lo largo del tiempo, extrayendo de todas gran inspiración y aprendizaje técnico. Es posible atribuirle un primer período figurativo, bajo la influencia de las primeras corrientes del grupo artístico Novecento, con la actitud hacia el uso del color y la luz de los divisionistas como Gaetano Previati, Giuseppe Pellizza da Volpedo y Georges Seurat. La luz resultará ser para el pintor, al menos en estas primeras fases de estudio, la sustancia capaz de permear sus vistas metafísicas, en las que cada elemento está conectado y es funcional al otro. Todos los años veinte y los años treinta ven la pintura del artista comprometida en paisajes y escenas domésticas, firmemente arraigada en la tradición lombarda, moviéndose a lo largo de la tradición del Divisionismo pero también condicionada por la experiencia milanesa de Novecento. En 1934 se lleva a cabo su primera exposición en Milán, en la Galería Bolaffi, y poco después expone también en Orta, en Pallanza, en Omegna, en Domodossola.
A mediados de los años cuarenta, Antonio Calderara sufre una grave pérdida familiar tras la muerte prematura de su hija a la edad de 11 años, episodio que lo llevará a una larga crisis personal y artística, que durará al menos hasta los primeros años cincuenta. En estos años, el pintor se concentrará mucho en los retratos, casi todos dedicados a su esposa, a quien ve rejuvenecer e identificarse con la hija. Donna che cuce de 1951 forma parte de sus obras figurativas en las que las armonías de los colores dan movimiento y conducen a emocionar en la contemplación de un gesto común, pintados con pequeños golpes de pincel en una geometría precisa y en los detalles transfigurados.
Desde 1954 lo vemos dirigirse hacia una pintura abstracta en la que se concentrará particularmente en el estudio de la luz con obras en las que los sujetos abstractos y lineales investigan luz y color, en busca de la esencia del gesto artístico. Antonio Calderara ya no estaba interesado en el estudio del espacio y de la tercera dimensión, sino únicamente en la transformación de la luz en color, cambio determinado por el encuentro con Piet Mondrian, el pintor holandés fundador del Neoplasticismo. Toma forma una luz que traduce su aspiración a pintar la nada, el vacío, que es el todo, el silencio, la luz, el orden, la armonía, todo lo que es posible identificar con el infinito. Como él mismo dirá "la luz que todo invade, que todo destruye para ser ella sola protagonista". Con una ambición fuera de lo común, Calderara se reflejaba en la idea de que su pintura surgía de su propia necesidad de luz, una luz tímida e inconsciente de su importancia, una luz que poco a poco se aclaraba a sí misma y al pintor, hasta convertirse en la única protagonista consciente y responsable de su pintura. En este período de su producción artística, también tienen particular relevancia sus dibujos a lápiz, "pinturas hechas con el aire" dirá Agnoldomenico Pica en los dos libros dedicados a ellos.
El abstraccionismo llega de manera clara en 1959 con la serie Spazio-luce que se extiende durante todos los años sesenta y lo coloca definitivamente junto a todos los artistas del expresionismo abstracto. Comienza así lo que él mismo define como "su nueva aventura", iniciando la pintura no figurativa, representación humana en un espacio de luz, nada que aspirara a ser figura geométrica. Antonio Calderara se da a conocer especialmente en Alemania en estos años, en los que expresa plenamente la ambición de una realidad de imagen, que ya no es la realidad, sino la más alta, la más pura, la más abstracta expresión de esa realidad. En este orden, el tiempo pierde el sentido de su medida para anularse en el espacio sin límite, en la luz sin fuentes.
A lo largo de los años sesenta, Antonio Calderara sobrevive a tres infartos, episodios que lo limitan en la pintura y lo confinan a la cama por largos períodos. En 1974, el artista recibe del Ente Provincial de Turismo de Novara la medalla de oro para "testimoniar mi actividad de pintor y mi amor por el lago de Orta" y en 1978 es golpeado por una forma grave de neumonía que lo obliga a permanecer en cama por un largo período, hasta junio de ese año en que su corazón deja de latir: "cuando esté al final de mis días, seré feliz de decir que he vivido de la pintura". Gran parte de la producción artística de Calderara está expuesta en el inmueble del siglo XVII de Vacciago, en el Lago de Orta. Una colección única caracterizada por el respiro internacional del pintor y distinguida por rasgos consecuentes: el hilo rojo es la luz, única y verdadera protagonista de toda su producción artística."