Para dar elegancia a cada una de sus composiciones, el artista decide en varias ocasiones recurrir al blanco y al negro, porque encontraba estas tonalidades mucho más intensas y dotadas de personalidad en comparación con los colores que, según él, lograban distraer al lector, haciéndole perder la esencia misma del significado final.
En los años siguientes, Jean François Bory continúa trabajando en la representación del libro acercándose también a la escultura, ya que su objetivo era crear composiciones completas que pudieran aprovechar al mismo tiempo el arte visual, sonoro tridimensional, elementos que caracterizarán la poesía y la actividad editorial del artista en cada fase de su vida y producción.
Desde 1966 el artista funda numerosas revistas, algunas en colaboración con Julien Blaine, entre las cuales la más importante lleva el nombre de Approches. En 1968 colabora también con Jochen Gerz, con quien publica varias revistas antológicas recogidas en la colección Agentzia. El mismo éxito tiene otra revista que se publica en Nueva York, titulada Once Again.
Los éxitos no tardan en llegar tampoco en Italia donde, en 1970, nace una revista en lengua francesa titulada l'Humiditè, que a menudo ve una colaboración entre el artista y otros exponentes de la poesía visual, quienes podían disfrutar de un espacio común para intercambiar sus opiniones y encontrar puntos de acuerdo sobre este tema tan fascinante pero poco conocido por el público.
En 1974 Jean François Bory entra en el Grupo Internacional de Poesía Visual, mejor conocido como Grupo de los Nueve, del que también formaban parte Eugenio Micini, Michele Perfetti, Sarenco, Lucia Marcucci y muchos otros.
Entre las obras más célebres del artista encontramos sin duda The End III de 1971, donde un simple libro estilizado se reproduce sobre la arena y también All over, donde el mismo libro se representa sobre un lienzo emulsionado aprovechando las tres dimensiones.
Muy famosas también algunas esculturas como la Eternitè, realizada en 1980 y nacida del ensamblaje de varios volúmenes, que testimonian la importancia que el artista da a la cultura.
En los años 2000 las obras de Jean François Bory adquirieron connotaciones particulares, como por ejemplo Autodafé, que muestra la impresión de algunas letras replicadas en diferentes estilos que confieren un sentido de movimiento armónico sobre una placa de plexiglás.
En 2006 el artista se dedica además a la realización de algunas esculturas que representan diferentes modelos de máquinas de escribir y de libros tridimensionales realmente únicos en su género.
Desde 2008 las obras vuelven a ser bastante lineales y bastante simples, presagiando cómo la visión del arte por parte del poeta se remite a un único ciclo destinado a repetirse en el tiempo.