Giuseppe Santomaso, nacido en 1907 en Venecia de un orfebre veneciano y una padovana, fue un pintor italiano entre los más influyentes del siglo XX. Desde joven, muestra un talento innato para la pintura, que lo lleva a asistir primero a la Fondazione Bevilacqua La Masa y posteriormente a la Accademia di Belle Arti di Venezia, donde entra en contacto con el escultor Alberto Viani.
Inicialmente, su estilo era naturalista y figurativo, típico de muchos jóvenes artistas de la época. Sin embargo, Giuseppe Santomaso no se conforma con seguir los cánones tradicionales y se acerca cada vez más al arte de vanguardia. En 1937, viaja a los Países Bajos para estudiar a los impresionistas y los fauves, y el uso del color en obras como las de Van Gogh tiene un impacto significativo en su evolución artística.
Su primera exposición individual tiene lugar en París en 1939, en la Galerie Rive Gauche. En los años cuarenta, participa activamente en el movimiento antifascista, contribuyendo a la fundación del grupo de artistas Nuova secessione artistica italiana y Fronte nuovo delle arti. Este período marca un giro en su producción artística, en el que el estilo evoluciona hacia una expresión abstracta y lírica.
Sus obras de naturalezas muertas y retratos son reemplazadas por una pintura más libre y experimental. Desde 1948, Giuseppe Santomaso comienza a exponer regularmente en la Bienal de Venecia, consolidando su reputación y obteniendo numerosos reconocimientos, entre ellos el Primer Premio de Pintura Italiana en 1954. Paralelamente a las exposiciones y eventos artísticos, también lleva a cabo una significativa actividad docente en la Academia de Bellas Artes de Venecia desde 1957 hasta 1975. El viaje a Estados Unidos en 1957 marca un momento crucial para la carrera del artista. Durante su estancia en Nueva York, Giuseppe Santomaso entra en contacto con los exponentes del Expresionismo abstracto, que influyen notablemente en su estilo y temáticas artísticas. Sus obras se vuelven cada vez más luminosas y arquitectónicas, explorando las posibilidades del color y la luz.
En los años sesenta, el artista enfrenta otra fase de cambio en su producción artística. Se acerca al minimalismo, reduciendo las formas y simplificando las composiciones a elementos geométricos esenciales. Este período marca una mayor reflexión sobre la naturaleza misma de la pintura, explorando la autonomía de la imagen y la interacción entre forma y color.
En los últimos años de su vida, Giuseppe Santomaso continúa produciendo obras significativas, manteniendo un lugar destacado en el panorama del arte contemporáneo italiano. En 1990, poco después de su muerte, se organiza una gran retrospectiva dedicada a su trabajo en la Pinacoteca Rusca de Locarno.
Giuseppe Santomaso fue un artista ecléctico y visionario, capaz de adaptarse y reinventarse a lo largo de su carrera. Su capacidad para expresar emociones abstractas y tensiones a través del color y la forma lo convirtieron en uno de los principales representantes del abstraccionismo lírico y expresionista en Italia. Su legado artístico sigue inspirando e influyendo a las generaciones posteriores de artistas.
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